top of page

De una ausencia.

 

 

Fragmento

VII

 

Ni el mineral corazón del miedo,

ni la boca incendiaria

de ciertas golondrinas,

podrían quitar mis ojos

de tu silvestre cuerpo.

 

Ya no sería posible  reconstruir

la orilla de esta noche

ni habría manera de huir de estas agujas.

 

Existen ya,

                  entre nosotros,

millones de ciudades que desconocemos,

mares de vidrio indefinido,

entre nosotros pasa un río

de musgos y raíces,

como hilos de acero

                               pasan aves,

entre nosotros todo avanza

aéreo y primitivo.

 

Así quiero que te quedes

con la forma del geranio

y rodemos por la luz haciendo soles,

hasta encontrar

                        un entreabierto río

en donde ahoguemos nuestras soledades.

 

Ven a mi lado

                      ¡Qué demonios!

 

Estaremos hasta el fondo

de esta sílaba dorada,

en la gota de mercurio sin sonido

y destruyes la alondra

                                     en mil pedazos.

(Saxífraga es mi flor)

 

 

 

 

Volver a José Luis de la Vega

 

 

bottom of page