top of page

Yie brel, el niño fantasma.

 

 

Shhh…¡Cállense! ¿Escuchan? Son unos pasitos en la sombra de la fogata. Nada más se oyen en esta parte del bosque. En ninguna otra parte se escuchan. Échenle más lumbre a la fogata.

         ¿Quieren saber de quien son los pasos?

         Son del ángel del niño fantasma que se perdió en el bosque. No se rían, también los niños fantasma tienen ángel de la guarda.

         Hace muchos años, vino una familia a pasear al bosque. Eran cuatro personas, el papá, la mamá, y dos hermanos; un niño rubio, y su hermana pelirroja.

         El papá se llama Arcano, la mamá, Bestolay, la hermana mayor, Aura, y el niño fantasma del bosque, Yie Brel.

         Pues bien, vivían en un lugar del Polo Norte de la tierra que se llama Aurora Boreal, es un lugar de muchos colores que no se ve siempre. Dicen los que lo conocen, que es un lugar que se asoma en el cielo cuando Dios se despierta. Los colores se arrastran entre las nubes como el arco iris, rebotan en la nieve y regresan al cielo. Bueno ustedes deben saber que en el Polo Norte hay nieve, ¿verdad? También hay osos polares, esquimales, focas, hielo, y hace mucho frío.

         Un día, Bestolay, la mamá de Yie Brel y Aura,  platicó con Arcano, su esposo,  y entre los dos planearon un paseo; un viaje al centro del mundo  para sentir el calor del sol, admirar los árboles junto al río, ver a los pájaros cantando entre las ramas de los árboles, las mariposas, y sentir la humedad del río al meter sus manos en el agua.  Después de ver el bosque, regresarían al Polo Norte, para subirse a los colores de La Aurora Boreal, verían el universo desde la parte más alta de la tierra, y al igual que todos los días, le darían los buenos días al sol.

         Pero Yie Brel, vio una mariposa negra. Se soltó de la mano de Bestolay, su mamá, y extendió sus manos para tocarla. Vio que la mariposa se acercaba a sus manos, y luego se alejaba. Estuvo siguiendo a la mariposa hasta que el sol se quería ir a dormir. Buscó con la mirada a su familia, pero no los encontró. Sus papás y su hermana lo buscaron, hasta que casi oscureció, pero sabían que si no regresaban a la Aurora Boreal, podrían desaparecer. Su cuerpo se alimentaba de las luces del sol, y si eran tocados por la sombra de la noche nunca regresarían.

         Con los ojos llenos de llanto, que eran pequeños copos de nieve, Arcano, Bestolay  y Aura regresaron a la Aurora Boreal, cuando la sombra de la noche tocó a Yie Brel, su cuerpo desapareció. Yie Brel lloró toda la noche. Sus lágrimas eran pequeños pedazos de hielo. Al amanecer, el bosque estaba cubierto de granizo, que era el llanto de Yie Brel. Dios quiso regresarle el cuerpo, pero eso era imposible; su cuerpo había volado al cielo y estaba disperso por todo el universo. Entonces, viendo Dios que la mariposa negra se le acercaba peligrosamente, le mandó un Ángel Guardián para que lo cuidara. Al salir el sol, el Ángel Guardián hizo un puente de colores entre el bosque y el Polo Norte para que El Niño Fantasma del bosque visitara a sus padres y su hermana. El puente es el Arco Iris, ¿lo han visto? Yie Brel en la noche es una sombra, y de día es el Arco Iris. No se suelten de las manos, la mariposa negra aún sigue rondando por el bosque. Shhh. Cállense, ¿ven la mariposa de colores? Es el Ángel guardián de Yie Brel. 

         ¡Me lleva el demonio! ¿A quién carajos se le ocurrió echar a la fogata la cambáis indica que siembran los guardianes del bosque?

 

 

Volver a Gabriel Vega Real

 

 

 

bottom of page