Transmutación de la carne: el cuerpo de Narciso.
Apropósito del concepto de Narcisismo, en La Impronta Estética del Mundo Moderno, de Teoría del Arte (Jiménez ) Basado a contrapunto con la Teoría estética-corporal de la artista de performance, Orlan y su pieza Transfiguración de Santa Teresa
En el capítulo IV, La impronta estética del mundo moderno, del libro antes citado, y en el apartado El arte de nuestro tiempo y la estética envolvente, encontramos unas palabras apropósito de los cambios y los nuevos lenguajes con respecto a la figura del arte, Jiménez dice: ... el surgimiento de nuevos espacios de la representación: la pornografía, la captación morbosa del dolor, el crimen y la muerte ... rasgos que se irían progresivamente acentuando hasta hoy mismo, extendiendo un halo de narcisismo en la cultura contemporánea, los poderes y atributos del arte estaban en discusión... enfrentando la pluralidad y opacidad de los nuevos tiempos, había que reinventarlo todo (pag.186)
Este párrafo, nos habla de diferentes ideas que convergen en el arte actual desde hace ya bastante tiempo, la discusión en el texto surge a partir de la revalorización de la fotografía como lenguaje paralelo o incluso más importante que la pintura, la figuración y la representación. Esto nos ocupa una aclaración: el avance de las nuevas tecnologías con respecto al mundo del arte, que han sido determinantes para la inclusión de nuevas propuestas tanto técnicas como conceptuales, y las cuales permitirán otro tipo de paradigmas y construcciones mucho más allá que la simple creación de imágenes; esto implicaría que otro tipo de aspectos salgan a la luz, como es el caso de la obra documental, anecdótica, autobiográfica, etc., todo ello gracias al registro en video y fotografía de acciones y sucesos-procesos.
Tal es el caso de la obra de Orlan. Como artista de performance y arte corporal, no sólo es una de las pioneras de ambas ramas, sino que logra construir un discurso completamente nuevo con respecto al espacio político del cuerpo, e incluso instaura una nueva categoría estética con relación a la modificación corporal, el cuerpo fragmentado, el fetiche, etc. Grandes tabúes son abolidos por la artista, empezando por su carácter feminista en sus primeras obras, donde ella misma se concibe como un pedazo de carne, una máquina lúbrica, o un objeto de decorativo; y pasando a sus últimos trabajos donde propone la modificación corporal extrema como testimonio plástico de experimentaciones socio-culturales, instaurando una geopolítica del cuerpo.
Después de esta introducción, podemos adentrarnos en materia. La obra que nos corresponde a estudio en este texto es La Transfiguración de Santa Teresa, pieza de arte de performance, donde Orlan misma es caracterizada en su propia interpretación de la figura femenina de la santa, refiriendo a la famosa escultura de Bernini, donde se nos presenta una mujer santa y virgen con un gesto de placer-dolor, misma figura que retomaran autores como G. Bataille para hablar de las relaciones entre las pulsaciones de vida y muerte, y que Orlan retoma también desde su propio discurso, donde el dolor de la modificación quirúrgica es equiparable al éxtasis espiritual, Orlan une el sufrimiento del proceso de transformación corporal y lo conecta con la idea del mártir, quien debe sufrir en pos de su salvación y de los demás, también se apropia de la idea ascética de la purificación del alma a través del dolor del cuerpo, y a su vez intenta instaurar una nueva concepción de la femineidad que decide sobre su propio cuerpo, tomando mujeres icónicas en la historia de la cultura, como Santa Teresa, La venus de Boticelli, etc.
La pieza consiste en la aparición de Santa Orlan, sobre un montón de bolsas de basura, televisiones, y demás objetos, sosteniendo flores y cruces, posando con los senos descubiertos y con el cuerpo intervenido, además de la inclusión de vídeos de diferentes operaciones que la llevaron a su aspecto actual, proyectándose debajo o detrás de ella.
Lejos de todo el proceso conceptual de apropiación y reinserción de los tópicos antes descritos, Orlan aplica una herramienta clave de su discurso, el uso de video como documento, el registro del dolor y el sufrimiento de su propio cuerpo, la magnificación de los momentos más íntimos de su recuperación, aunados a las cicatrices en rostro y cuerpo, desde que la marcan con plumón, hasta que convalece por las cirugía. Esta inclusión de procesos dolorosos y únicos, personalísimos del artista, marcan un hito en la presentación y representación estética. Esto nos lleva a la médula, el fenómeno de la exaltación del yo, del artista, a partir de sí mismo, dicho de otras palabras, el narcisismo presente en la vanguardia y que ha ido creciendo aproximadamente desde el Yo Romántico, explotando en el Dada y los espermas de Duchamp y haciéndose gigante en el arte acción y en la mayoría de los exponentes de arte extremo, como Schneemann (Inner Scroll), Schwarzkogler ( Action 3 S/T), Josep Beuys (America likes me), Nitsch (Dionisious Days), por mencionar algunos.
La pregunta es ¿El Narcisismo es un problema fidedigno del arte contemporáneo? Es cierto que hemos perdido la distancia entre obra y artista, e incluso sólo nos queda el proceso de ambos deviniendo en sí mismo, en tiempo espacio, en presente, inasibles (Abramovich, Artist is present), pero la crítica que hace Jiménez, sobre el narcisismo y que se le parece a las conjeturas de Lipovestky, aunque ambas desde puntos de vista diferentes, es más bien un ataque ciego sobre lo que la idea del Artista narcisista significa y representa. No sé trata de una patología del arte moderno, ni mucho menos un síntoma del arte actual, el narcisismo es un elemento intrínseco al artista, y por ello debe revalorizarse.
Apropósito de este tema, Orlan, en una entrevista, sobre la pregunta ¿El trabajo de Orlan es narcisista?, responde -Ser Narcisista o exhibicionista no importa realmente, para ser un cantante o un actor, tienes que ser exhibicionista, pero nadie dirá que lo eres, No! Al contrario las personas pensarán que eres extraordinario, pero en el mundo de las artes plásticas, serás juzgado duramente, la pregunta realmente es: ¿qué es eso que produce, que es interesante, inteligente, que habla de la sociedad o no?, Así que ahí lo tienes, el narcisismo es importante, mientras uno no sé pierda en sus propias reflexiones!
De esta forma podemos concluir, que la idea de Narcisismo como germen del arte contemporáneo y parte de las deformaciones negativas del paradigma de arte actual, no es más que un mito, derivado de la incapacidad de asirnos a un -algo- que nos sirva de terreno firme, para tomar decisiones y direcciones. La postura y obra de Orlan lo comprueban.
Volver a Lechedevirgen Trimegisto