Síndrome de Estocolmo.
el síndrome de estocolmo es reacción psíquica
en el que la víctima de un secuestro
contra su voluntad
desarrolla
una relación complicidad
con quien la ha secuestrado
en ocasiones
dichas personas secuestradas
yo era la pistola de niebla en la respiración del viento a orillas de la carretera me eche a correr mis botas a la espalda un disparo dos no me acuerdo sólo hombres de negro a quemarropa me golpearon acento texano me dijeron súbete pendeja la noche negra como un hermoso rifle 308 winchester me cubrieron el rostro me amarraron no supe hacia donde fui sólo música a todo volumen la troca se detuvo no sé donde estoy la troca dio un arrancón caí me patearon no pude respirar por dios me sentaron la humedad del salitre el calor era una culebra en los pliegues de mi carne sólo el silencio puede domesticar el pulso de un cuerpo que pretende el sonoro percance de la sangre después de tres horas me dieron de beber un fuerte dolor de cabeza se los va a cargar la chingada les dije abrieron mi blusa di un sorbo
todo síndrome es una entidad clínica
que asigna un significado particular o general
a las manifestaciones
semiológicas
que la componen el síndrome es plu-rie-tio-ló-gi-co
porque tales expresiones
pueden ser producidas por diversas causas
si bien por definición síndrome enfermedad
son entidades cínicas
con un marco sapiencial indiferente
hay situaciones grises moradas en la patología
dificultan una correcta identificación
del proceso morboso en una categoría o en otra
di un sorbo de whisky con los nervios saliéndose por su boca entro mi verga dura like a fucking handgun 9mm beretta erecta el silencio giraba como una bala perdiéndose en un edificio le arranqué la ropa yo la estaba montando el cuarto era un rodeo de alaridos cálmate perra de mierda sólo diles que te vamos a chingar si no llevan la puta madre si salen guachos guarros vamos armar un numerito pendeja le quito el teléfono ella el rostro tapado gime su sexo mojado como una hermosa bahía californiana hermosa como una descarga en lo más hondo del pecho como una descarga gime grita aúlla como una perrita encerrada en mi verga el sonido de torreta se pierde hasta el bar de la esquina
al entregarse los delincuentes
las cámaras periodísticas captaron el momento
en que la víctima besaba a uno de los secuestradores
Publicado en Metropolis.
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