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Ojalá me recuerdes.
Como el que no tuvo dignidad
que te amó de rodillas
que quedó llorando
uno ochenta
en la terminal de autobuses
que cuando muera sólo ustedes recuerden
que sonreía por intentar complacerlas
que puedo pedir perdón por cada piedrita
que siempre estuve dispuesto a caer bajo
como las circunstancias.
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