top of page
Nido negro
Con el ascenso de tu falda
sentí caer
el último artificio de tu resistencia.
Eran las doce y jadeos con el desdén
de una vaga luz no perturbada por el vaivén
de una sola sombra contra el suelo. Aquí no, dijiste,
una pura congoja apenas dicha con la complicidad
de una luna despierta. Un nido negro el hondo cuenco
de tu sed volcada sobre el abismo de mi lengua.
Un beso del polvo a la deriva del tiempo.
Las primeras notas de una lluvia serena
cayeron con el último vigor del día.
bottom of page