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Mujer y olvido
Metales de viento me raspan el oído.
Empiezo a oxidarme de arriba hacia abajo:
erizo de nariz, tubo faringe,
pulmones encogidos, aorta, corazón
corazón bombeando un líquido espeso y negro
De a poco los recuerdos oxidan la memoria.
¿Viva? ¿muerta?
De un tajo el viento corta mis labios
Y gotas negras asoman en la naturaleza
más muerta que viva.
El viento un latigazo de fierro en los ojos
cargado de metales que raspan el oído.
Ya no siento nada.
Soy un óxido de mujer
mujer y olvido.
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