top of page

Mariposas a domicilio.

Relatos insectuosos. Parte I

 

 

     ─¿Qué traes en esa canasta? ¡Es una canasta muy pesada, abue!

     ─¿No adivinas? ¡Qué me pediste que te trajera?

     La niña hace cara de duda y luego compone un puchero.

     ─Yo te pedí mariposas, no una canasta…

     ─Cierra la ventana y las cortinas y luego, abre la canasta.

     Y entonces la niña abre la canasta y unas cien mariposas monarcas salen volando por todas partes, unas se quedan en las cortinas, otras se pegan en su ropa, otras revolotean sobre las macetas. La niña salta y ríe.

     ─¡Gracias abue! ¡Gracias!

     ─¿Cuándo te he fallado? - Dice la abuela-

     ─¡Nunca!. -Dice la niña-

     Y ese es uno de los recuerdos más bonitos de mi infancia.

 


 

 

 

Volver a Elisa Rosas Madrueño

 

 

 

bottom of page