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La realidad se desliza.

 

 

 

siempre creí. siempre intenté. siempre. siempre. me absorbía la luz derramada sobre las paredes al atardecer, creía.

creía en la luz, en el sol, en la luna, todo era certeza. sabía con el corazón.

 

el tiempo era inevitable y rotundo; certero y afortunado. el estar siendo era fortuito, sólo podía ser parte  de un no azar que se levantaba sobre la ciudad, el mar, el mundo.

 

el caer de la noche solía gritar la imposible soledad. padecía de fe absoluta. mi conciencia era tan simple, tan humilde, tan inocente; todo el mundo parecía irse labrando evolutivamente, dialécticamente, hacia arriba. hacia abajo no existía, todo era circular. no había dicotomías, todo era parte de lo mismo. la fantasía era tan real como el amor. los sueños eran tan posibles que se llamaban espejos del futuro. el verano era caliente, el invierno era frío, el otoño era cadencioso, la primavera sonreía como si supiera de la eternidad. cada fecha renacía y se moría, y no había dolor en ello. la muerte era tan simple y tan bienvenida como cualquier principio. la luz era tan hermosa que hacía que le temiera a la oscuridad total. tenía miedo al ogro atrás de la puerta. las pesadillas eran un recurso. los amigos simplemente eran amigos, los enemigos eran simplemente amigos que ya no eran amigos; no había medias tintas. sabía lo que sentía.

 

pero la realidad se desliza hacia mundos diferentes, lo circular se vuelve infinito, lo cuadrado comienza a formar prisiones. los amigos se vuelven intermitentes, los amantes se vuelven pecados. los padres se vuelven enemigos, los ogros se transforman en cicatrices, las caricias se vuelven anhelos. el dolor se hermetiza en las glándulas, el rencor se vuelve maridos. las palomas se hacen terrestres, la noche se vuelve cielo raso. los hermanos se dislocan. el cuerpo se vuelve hortaliza, la lengua que solía ser hechicera, se vuelve serpiente malévola. el sexo se vuelve una cavidad insensible. los maestros se vuelven rotafolios.

 

la verdad se amontona incontrolable en la garganta. los átomos gritan al caos insensible del cínico. el alma, el alma, el alma se vuelve un sueño superfluo, un insulto. el invierno se hace oscuridad infinita. la nada se vuelve el más grande anhelo. los sueños sólo se sueñan dormido. la oscuridad se vuelve aliada. las costras se vuelven piel.

entonces, la realidad se desliza hacia el interior y corta como una aguja sus hilos.

 

hablar del puente es andar descalzo

caminar es un acto de voluntad. voluntad, esperar que el amor se nos prescriba para sanar; ahogarse en la autocompasión. deslizarse, crear la realidad. realidad, creo.

Las creencias vacías se llenan con miedo; utencilios del suicidio.

la realidad se desliza al sinsentido. no hay superficie, no hay yo: única. no toco playa.

elevándose como un siniestro designio, el destino es simple: efímero.

 

 

 

 

 

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