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Intentos fallidos.

 

 

 

 

Un hombre fue confundido por su cara de ratón y llevado a una exposición de novedades humanas. Le dieron empleo en un circo y se hizo experto en variedades de quesos. Se fue acostumbrando a su cuerpo lleno de pelo gris, a dormir en lugares pequeños y a dominar el arte de la gesticulación. Un día sintió que su vida era feliz y decidió creer que era un ratón. Cuando se dio cuenta de que le era imposible dejar de hablar, cosa bastante característica de los humanos, se mordió la lengua para ver si conseguía enmudecer pero murió ahogado en su propia trampa. 

 


 

 

 

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