Fragmentos de Lago Corea
Herring Publishers México, 2011,
Querétaro, Qro.
el sofá naranja era el mejor lugar para hablar
ahí tuvimos una gran pelea.
Habías preparado un té chai
la estancia olía a canela y vainilla,
tus labios también.
Recién llegábamos del cine,
habíamos visto Avatar
a ti te había cautivado.
No dejabas de hablar de la conciencia social,
del espíritu y del temor,
de la naturaleza y sus poderes,
de la evolución y la pureza
¿cuál pureza?
No pude evitar corregirte,
te dije de la historia tan agotada,
de los personajes inadmisibles,
del océano,
de una en vez en Rotterdam cuando comí setas y vi a la muerte.
Guardaste silencio,
negaste con la cabeza,
prendiste un cigarro y peleamos.
Lo mismo pasó con Inception
y con una novela de Gombrowicz que odiaste profundamente.
Aborrecía que no tuviéramos los mismos gustos
sin saber lo importante que era no tenerlos.
*****
ayer,
mientras hurgaba en tu perfil del Facebook,
encontré una foto que no pude evitar guardar en mi computadora.
Estás en la playa, llevas un bikini negro y tu cuerpo brilla,
puedo oler a la perfección tu bronceador de zanahoria.
Por hoy eso es lo más cercano a tenerte.
*****
Cuando Lady Gaga, Britney y Lohan envejezcan,
es posible que lo hagan con dignidad.
Se harán cirugías,
botox,
tratamientos con láser,
gel,
placenta,
semen,
aguacate y sangre
y nada de eso podrá evitar que se conviertan en ancianas.
El temor a morir y perder la fama,
Pensar que después de la muerte no hay gente famosa,
ni millonarios,
ni belleza extravagante,
ni Long Beach,
ni L.A y helicópteros hacia los Grammy.
*****
[versión extendida]
el día que murió Steve Jobs, varios geeks salieron a los centros comerciales con veladoras, hicieron pequeños altares y un rezo coral con sus iPads. La tecnología estaba de luto, el hombre vio la mortalidad como una aplicación inevitable y figurativa. Obama dio unas palabras desde la casa blanca, la bolsa de Mac bajó a porcentajes insólitos, la llegada del iPhone 5 se pospondría hasta el próximo año. Se colgó un moño negro fuera de la Universidad de Harvard y el Twitter colapsaría con el Hashtag
#Steveisdead
El mundo levantó sus gadjets al cielo y alumbró la noche para despedir lo último que les quedaba de inmortalidad. La muerte de Jobs fue costosa como sus computadoras, y cuando la muerte cuesta millones de dólares, es mucho mejor que estar vivo.
*****
con seguridad,
al ver la fotografía y pensarte,
estoy enfrentando a tu demiurgo
el mismo demiurgo de Madonna
sólo que contigo se mostró más simple y provocador.
Nuestro lago ya está seco,
y un lago muerto es lo más triste que hay en un paisaje.
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