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El mar a causa de su arribo.

 

 

 

si fuera cierto que el viento humedece la mirada, que el alma de pies planos se cansa, que las nubes estrangulan la luz del sol. si fuera cierto que el calor es el origen de los dioses, que los ojos hablan sin perder el tiempo, que las palabras son demasiadamente innecesarias. si todo origen tiene su propio intento, si la fuerza oculta es la única que importa, si el entrecruce de los lados es el filo que rebana los criterios. puede ser cierto que lo dicho en el pasado sea la mentira del presente, y si me entrego a esta tortura próxima de las ideas, cada idea como un gérmen que perdura al olocausto de un fragmento; cada dedo que indica la errata, una figura paterna; cada pie elegido para habitar en un zapato, una forma de destino inevitablemente necesario: libertad. el pie se queja con olor perpetuo; no hay camisa que cure el mal aspecto.

 

¿y si la vida es un cobarde intento de morir despreocupadamente?, cada elección, un huir de las infinitas posibilidades. falacia que los centros nunca encuentran la perifiria y que los amantes jamás se aman a sí mismos, ¿los labios dicen más verdades que el cerebro?

 

el mar a causa de su arribo oculta tanta ola en su llegada. la espuma es ola fracturada. las rocas aman. los amantes se destruyen en la playa. los andantes que se atreven a continuar sobre las olas son los únicos que avanzan. el mar da miedo si se le espera, es tumba de peces, cementerio del rechazo, anhelo.

 

 

 

 

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