Artefactualidad, Simulacro y Montaje.
La redefinición de textualidades ha sido objeto de estudio de diversas investigaciones. Si bien George Landow describe este fenómeno (el de la transliteración) como un modelo observable en relación al proceso de lectura, Jaques Derrida, por su parte, en su libro Ecografías de la Televisión, escrito con Bernard Stiegler, revisa las implicaciones de su montaje. El corpus examinado en el libro es ni más ni menos que la televisión de los años noventa. Según Jaques un fenómeno textual carente de estructura u organización alguna. La escritura del libro es motivo de mención. El libro, presentado como una serie de entrevistas cubre a tiempo real una de las ultimas ideas del científico loco. Derrida ya viejo y medio demente, a modo de Reality Show permite la instalación de una cámara de TV en su propio domicilio. Una vez habiendo participado en el extraño simulacro el pensador concluye acerca de la espectralidad y virtualidad de los discursos.
Por el momento basta acercarnos a los conceptos tratados por Derrida y de los que con valentía nos valdremos en nuestro librito de cuentos.
Artefactualidad: hechura ficcional, dispositivos ficticio o artificial que genera una “realidad” en cuya conformación se degenera el tiempo real.
Simulacro: la apropiación del tiempo y el espacio público con el objetivo de emular una realidad caracterizada y regulada solamente por su ordenamiento técnico o montaje.
Montaje: la creación de escenografías o espacios donde sea posible el acontecimiento. Este simulacro es llamado fantasmagórico comparándolo, para su comprensión con “un cuerpo que no está presente pero que artefactualmente está visible” Derrida sugiere que el mismo espectador tiene que “aprender a discernir, componer, pegar, a montar, justamente” para volverse consciente de la artificialidad y relaciones de poder de los discursos actuales.
Sí, ese Jaquie era un puto genio.
Anselmo Villarreal
Tlaxcala 2005